El concepto de smart port o puerto inteligente está cada vez más presente en el mundo portuario. Entidades de todo el mundo trabajan para adelantarse en la carrera de la digitalización y posicionarse como los más inteligentes. Pero, ¿qué diferencias existen realmente entre un puerto inteligente y un puerto convencional?
Te contamos qué es un puerto inteligente, en qué se diferencia de un puerto convencional y cuáles son las principales ventajas que se obtienen de gestionar estos centros logísticos de forma más optimizada y eficiente.
¿Qué es un puerto inteligente?
Los puertos inteligentes son aquellos que resultan más competitivos gracias al uso de la tecnología. La digitalización y herramientas como el Internet de las Cosas (IoT) y el big data les permiten usar información que se recaba en tiempo real, y ganar en eficiencia, sostenibilidad y seguridad.
Esta mejora es importante en un mundo en el que los puertos necesitan optimizar sus actividades para seguir siendo competitivos en el mercado internacional. Sin embargo, en la carrera por lograr la digitalización, no todos los puertos avanzan al mismo ritmo.
Diferencias entre un puerto inteligente y uno convencional
De acuerdo con Deloitte, los puertos han pasado por un cambio estructural y funcional a lo largo las últimas décadas. La consultora habla de varias generaciones en el desarrollo de los puertos:
- Una primera generación que se basaba en puertos de carga y descarga (hasta los años 60).
- Una segunda generación de puertos industriales (hasta los años 80).
- Una tercera, en la que cobran importancia la logística y las cadenas de suministro (a partir de los 80).
Hoy, la necesidad de integrar la digitalización permite ya hablar de una cuarta fase: la de los puertos inteligentes o smart ports. El papel de la tecnología hace que los puertos funcionen como proveedores de servicios, y no solo físicos como en el caso de operadores de grúas y mercancías, sino también digitales, como proveedores de servicios de datos.
Estas son algunas de las características que diferencian los puertos inteligentes de los de la anterior generación:
1. Uso de tecnologías innovadoras
Mientras los puertos tradicionales siguen confiando gran parte de sus actividades a procesos y gestiones manuales, los inteligentes apuestan por el uso de tecnologías y herramientas digitales para optimizar las tareas más repetitivas y dificultosas, reducir los tiempos de trabajo y limitar los márgenes de error.
Además, las diferentes herramientas pueden conectarse y coordinarse entre sí para alcanzar un mismo objetivo y así mejorar el rendimiento de las operaciones del puerto. Entre estas, destacan algunas como el IoT, el big data, la realidad virtual, el edge computing, la inteligencia artificial, los gemelos digitales, los vehículos autónomos o el blockchain.
2. Más eficiencia
A diferencia de los tradicionales, los smart ports utilizan la tecnología para optimizar cada una de sus actividades. De este modo, agilizan sus procesos, reducen el número de operaciones y sacan el máximo valor posible a sus activos.
En un puerto tradicional, por ejemplo, se registra manualmente la entrada y la salida de los buques y su carga. Los puertos inteligentes, por otro lado, cuentan con métodos de lectura automática e inteligente de matrículas y códigos, con sistemas automatizados de captación y registro de la información para mejorar la trazabilidad de las cargas, por ejemplo.
3. Más sostenibles
En los puertos se producen un gran número de operaciones de carga y descarga, en ocasiones de productos que pueden contaminar los mares y su entorno cercano. Los puertos inteligentes tienen más opciones que los tradicionales para limitar los accidentes y, en el caso de que se produzcan, de detectarlos y aplicar soluciones con rapidez.
Además, la optimización de las tareas permite reducir de forma significativa la emisión de gases de efecto invernadero que están detrás del cambio climático, como el dióxido de carbono (CO2).
4. Mayor atractivo para su entorno
Los puertos siempre han sido enclaves de vital importancia en las localidades costeras y sus economías. Los puertos tradicionales atraen actividad económica, generan puestos de empleo directos e indirectos y promueven la creación de infraestructuras, entre otros beneficios. Sin embargo, los puertos inteligentes van más allá y, además, pueden funcionar como agentes dinamizadores e impulsar el avance más rápido de su entorno gracias a la digitalización y la automatización.
Tal y como señalan desde Deloitte, los verdaderos puertos inteligentes son aquellos que utilizan todo el potencial del IoT y los datos, que consiguen identificar y aprovechar nuevos modelos de negocio dentro del gran ecosistema en el que se mueven.
5. Aumento de seguridad
Los puertos son un núcleo de actividad en el que convergen empleados, maquinaria, operadores externos y muchos otros agentes, y en los que es imprescindible garantizar la seguridad. Entre las tareas diarias de los puertos tanto convencionales como inteligentes están las de prevenir las colisiones, evitar vertidos y otros impactos medioambientales y reducir los accidentes laborales.
Por suerte, las tecnologías de los puertos inteligentes tienen la capacidad de llevar un control de las operaciones y, así, reducir enormemente estos riesgos, y anticipar tareas de mantenimiento de equipos y maquinaria. Esto, a la larga, redunda también en la seguridad de los empleados, con lo que claramente adoptar los procesos para convertir los puertos en smart es un desafío clave para la industria.
Referencias:
‘Puertos inteligentes: Punto de vista’, Deloitte.
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